Otra obra, la del canal, el cual hay que tener presente que fue construido en la primera década del siglo pasado, unos 25 años antes que la senda (que aunque a día de hoy parezca tener exclusivamente fines turísticos se construyó realmente para realizar el mantenimiento de este), vista con perspectiva histórica, puede catalogarse, sin vacilar, como titánica. En este caso el orden de los factores si que altera el producto.
Para tomar verdadera conciencia de lo que la realización de esta obra supuso es indispensable tener en cuenta el contexto histórico en que tuvo lugar, los medios mecánicos disponibles y las circunstancias físicas del terreno. Muchos años antes de que la Garganta del Cares se popularizara y se hiciera visible al gran público, cuando la memoria empieza a perderse entre la oscuridad de los siglos ya los lugareños la recorrían por vertiginosas y aéreas sendas prácticamente imperceptibles allá sobre el vacío.
Mirar a la Garganta del Cares con afán didáctico siempre te ayuda a ver las cosas de otra manera. La primera fotografía que acompaña a esta entrada corresponde a un corto tramo de uno de los caminos primitivos que recorría antiguamente la garganta, es el escaleru de Culiembro. Las otras son fotografías de un paré situado cerca también de las ruinas de lo que algún día fue aldea estable: de Culiembro. El sarro añejo de este paré aparentemente utilizado como redil para las cabras es sinónimo de que contra la roca se hizo fuego una y otra vez. Quién sabe cuantas generaciones de pastores habrán dormido acurrucados aquí, aprovechando este pequeño abrigo calizo.
Y es que la vida no siempre fue tan benevolente con los humanos. Quizás deberíamos plantearnos mas a menudo quienes fuimos, para poder aseverar quienes somos.
Un lugar con encanto e historia, la senda del Cares. VISITA www.yeasturias.com
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